sábado, 6 de octubre de 2012

Humilde homenaje a Palomäki

En la obra de Nelli Palomäki, el semblante, la mirada del ser humano retratado se fusiona con la mirada del espectador. Para ella el momento sublime de un retrato es el momento de sacar la fotografía, el momento del disparo. En ese instante sublime, momento “frágil y poderoso”, nada está preparado y tiene que surgir. La fotógrafa finlandesa deja que los fotografiados sean responsables también de ese momento. Les da la oportunidad de pulsar el botón cuando ellos crean que están preparados para disparar la (su) foto. Entonces se establece un vínculo entre modelo y artista que son los auténticos dueños de la escena. Su obra es muy personal, independiente e íntima. Influida, como el resto de los artistas de la Escuela de Helsinki, por la melancólica luz nórdica escasa y oscura. Traigo una foto en forma de homenaje a Palomäki en este comentario. Se trata de un retrato en B/N de una sobrina nieta mía, y la he querido comparar (¡Qué osadía!) con otro de una niña de nuestra fotógrafa.

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