lunes, 22 de octubre de 2012

Una misma realidad y cuatro aspectos de dos vidas. La imagen y el reflejo. Dimensiones distintas y contrarias. Ese es el problema del fotógrafo, que sin su trabajo no hay la captación de un instante de la vida. Pero más aún, nunca aparece en esa realidad creada por él. Aparece tras el espejo. El espejo da fe como buen notario de que allí esta él, pero... ¿y si es una imagen reflejada?... Está en un lugar y en un tiempo definido, en un aquí y ahora, pero no se ve. Solo se percibe su obra.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio